sábado, 23 de mayo de 2015

¡Ay, los hombres!



En esta tarde de reflexión, me he topado con un vídeo de mi admirada, por graciosa e inteligente, Irantzu Varela en su mini programa de El Tornillo, en el que habla de los machunos.
Imposible emularla, pero su vídeo me ha llevado a una reflexión que quiero dejar en esta página, por simple entretenimiento, y porque me he acordado de ciertos personajes de esta mi querida ciudad que responden a esta tipología.

Hay hombres,hay machos, hay machistas y hay MACHUNOS.
Los hombres son personas que tienen pene, independientemente de su orientación sexual.Actúan como como personas normales y, de no ser por su aspecto físico y quizás su indumentaria, no sabríamos a qué sexo pertenecen.
Hay machos.Son hombres que , por si alguien lo duda,se reafirman como tales continuamente y exhiben su condición  masculina, de la que se sienten especialmente orgullosos desde que su madre los trajo al mundo y le dijeron: Has tenido un machote. ¡Ole sus huevos!
Hay machistas.Conscientes de los privilegios que la sociedad patriarcal les ha otorgado, luchan por mantenerlos, bien con métodos agresivos o bien con la actitud del llamado "machismo benevolente. Los que hacen la paella los domingos, en el colmo del igualitarismo. Los que "defienden" a las mujeres, especialmente a las "suyas" y hacen pequeñas concesiones a las mujeres porque se consideran civilizados o progres. Los típicos que dicen "yo ayudo" en las tareas domésticas.

Pero los más graciosos son los machunos.
Son esos machos y machistas viscerales a quienes les pone de los nervios las feministas y sus logros. Los que se agarran a una denuncia falsa de violencia machista como a un clavo ardiendo, los que arremeten contra cualquier indicio de modificación lingüistíca no sexista; los que se cabrean con las mujeres que proclaman "mi cuerpo es mío", los que quieren perpetuar, por tradicional, el ejercicio de la prostitución.
Y dentro de esta categoría, los hay brutos, primarios, sinceramente procaces. Son los aficionados a los chistes de suegras, monjas y parientas que celebran con alegres risotadas.
Y hay machunos ilustrados, pseudo-intelectuales, que apelan a la Real Academia de la Lengua, que torturan las estadísticas, que coleccionan citas bíblicas o literarias para argumentar sus diatribas sobre las mujeres libres o feministas, a las que califican de "hembristas" o "feminazis".
Están encantados de haberse conocido a sí mismos, y de poder tener un espacio en los medios: periódicos,internet, radio o televisión donde exponer sus argumentos.
Se sientes encantados de que una panda de admiradores, tan machunos como ellos,comenten sus manifiestos misóginos.
Y sobre todo de que alguna mujer, inocentemente, le entre al trapo, y servirle en bandeja la polémica.
A estos, ni agua.
Yo me quedo con los hombres.






lunes, 9 de junio de 2014

EL CUADERNO AMARILLO







EL CUADERNO AMARILLO

En marzo de 2007, presenté este relato corto al Concurso "Victoria Sendón" de relatos por la Igualdad y fui sorprendida con la obtención del único premio concedido.

Hoy, he recordado que no estaba en mi blog, y me permito ponerlo aquí por si algún alma cándida tiene a bien leerlo, ya que se agotaron los ejemplares en su día.
No por el éxito de la publicación, sino porque se imprimieron muy pocos.
En honor ala verdad, tengo que decir que no hubo muchas personas competidoras. Pero me hizo mucha ilusión, porque en el texto hay escondidas muchas cosas autobiográficas debidamente camufladas que algunas personas muy allegadas descubrieron.
Su mayor mérito es que se lee rápidamente.

                     Espero que os guste.



EL CUADERNO AMARILLO
 
No sé por qué nos preocupamos
de los hombres y sus batallas;
la historia de las mujeres es mucho
más interesante.
Theodoro Fontaine
 
 
ME LLAMO ANGUSTIAS
Me llamo Angustias, sí. Un nombre que, si te lo tomas en serio, te quita la alegría de vivir. Afortunadamente, no es mi caso.
Soy discapacitada. En realidad, medio discapacitada. Es decir, discapacitada de cintura para abajo.
Mis piernas no me responden, mis genitales están en estado de reposo, y mis esfinteres no funcionan muy bien.
Pero de cintura para arriba soy una máquina. No se puede pedir más a mi edad.
Mi hija, las más pequeña me ha regalado un cuaderno de lujo, de pastas amarillas,dice que para que escriba mi vida.
Sospecho que me ve algo disminuída de memoria y quiere que le deje algo antes de que la pierda completamente.
No es mala idea. Lo voy a hacer con la condición de que no lo lean hasta que me vaya al otro barrio.Yo sola me río pensando en la cara que van a poner cuando lo lean.Nunca sabrán lo que hay de verdad y fantasía en mi relato.
La verdad es que siempre me ha gustado escribir . Hace años gané un concurso de cartas de amor, convocado por una emisora local.
Me hizo mucha ilusión, aunque me "castigaran" con la obra, casi completa, de Corín Tellado.
 
Él
A Él no le gustó nada.
Digo que no le gustó nada mi carta de amor. Sospecho que un poco porque no iba dirigida a su persona y, por otro lado, porque nunca llegó a saber, ni tuvo la humildad de preguntar, lo que había de autobiográfico y de fantasía en la carta. Era una carta de mujer a mujer, de amor lésbico.
Él fue el objeto sexual de mi vida.
Sí. ¿por qué llamarle amor a lo que solamente era sexo? Ahora lo sé.
Me casé con Él por tener sexo seguro. No le engañé. Me engañé a mi misma. Quería casarme, la verdad.
En aquella época, y me temo que todavía en esta, para una mujer, casarse era poco menos que triunfar en la vida, por mucho que unas cuantas progres intentáramos negarlo.
Pero no me arrepiento. No fué un mal tipo, y en la cama, un fuera de serie, la verdad. Nunca entendí cómo una persona tan dulce y generosa, tan dulce y apasionada en el sexo, se transformara, como el Dr. Jeckill, en un nazi.
Quizás sea exagerado el calificativo.
Quiero decir que era una mente cuadriculada, la perfección en sí misma, el orden y la mesura.Lo previsible. En cualquier día y hora yo sabía perfectamente lo que estaba haciendo, nada dejaba al azar.
En aquella época pensaba que nuestro matrimonio funcionaba porque nos completábamos, porque era mi media naranja, mi opuesto.
¿Funcionar? ¿Qué significa funcionar? ¿Que no se rompa el lazo matrimonial?
¿Media naranja? ¿Qué significa media naranja? ¿Quién quiere la mitad de algo? Yo no lo sabía, pero en realidad quería ser entera, no mitad de nada.
Lo vuelvo a decir: era un buen tipo. Siempre le he sido infiel
Bueno, infiel con el pensamiento, porque en realidad solamente le ¿traicioné? una vez, y más que una traición fue una travesura maravillosa. 
 
LA TRAVESURA
Gracias a mi dominio de los idiomas (mi padre se crió en Francia y vivimos allí hasta que se jubiló) conseguí un empleo de mierda como recepcionista de un hotel.
Digo de mierda porque me pagaban un sueldo miserable, como a todas las mujeres que trabajábamos allí, la mayoría inmigrantes que no podían acceder a otro trabajo mejor por carecer de papeles, o pringadas como yo, que tenía que conciliar, como se dice hoy, la vida personal y profesional.
Ganar, ganaba poco, pero conciliar, conciliaba bien. Como ÉL era funcionario ¿Qué otra cosa podría ser?. solamente trabajaba por las mañanas y yo por la tarde-noche, y así podíamos atender a nuestras niñas. Sí, me "dio" tres niñas, de las que luego hablaré. O tal vez no. No sé por qué siempre las mujeres tenemos que hablar de nuestras criaturas. No sé si podré resistirme.
A lo que íbamos: la travesura.
ÉL, EL SEGUNDO,llegó al hotel en primavera. No podía ser de otra manera.
Pelo negro, ojos negros, tez morena, sonrisa blanca.Cuando lo vi pensé en lo que daría por tener una sonrisa como aquella esperándome en mi casa cada día. Pensé que que mejor se quedara así, callado y sonriendo. Temía que al hablar se deshiciera el hechizo.
Pero habló, con dulce acento francés, y su voz me sonó a música celestial.
Se registró en el hotel por una semana, y cada tarde esperaba su sonrisa con ansiedad, y cada día se paraba conmigo a hablar un poco más: sobre la ciudad, sobre su trabajo, sobre el mío, las comidas, nuestro común origen francés, sobre...en fin, cosas sin importancia. Y nuestro encuentro era una fiesta, un juego de seducción.
La víspera de su partida me sorprendió con la famosa frase de la canción, dicha así, a bocajarro, como quien te invita a una copa: Voulez vous couche avec moi?
¿Quién podría negarse? ¿Qué tenía que perder? ¿Por qué no?
Nunca había sido una transgresora, nunca había hecho ninguna locura, ni sacado los pies del plato. ¿A quién le iba a hacer daño?
Fue fácil. Aquella noche, oficialmente, hice doble jornada, con la excusa de que mi compañera estaba enferma. Y todo sucedió con la mayor naturalidad. Fue una despedida maravillosa, y durante un mes por lo menos, no se me borró la sonrisa de los labios.
ÉL notó algo, estoy segura: -¿Qué te pasa?, estás como ida.
- Nada, cosas mías.
Nunca se lo dije, naturalmente, ¿Para qué?
Creí que en algún momento me iba a remorder la conciencia, pero no.
"Me guardé su recuerdo, y todavía lo administro en pequeñas y calculadas dosis hasta la jubilación de mi memoria". Esta frase no es mía. La leí en alguna parte , pero no recuerdo dónde. ¿Corín Tellado?
Más tarde vi la película de Clint Eastwood, "Los puentes de Madinson" y me sentí identificada con su protagonista, Meryl Streep. No paré de llorar.No de pena, sino de emoción. ¿Qué pensarán mis niñas cuando lean esto? Mis niñas...
MIS NIÑAS
Sí, he tenido tres niñas. Tres niñas luminosas: Luz, Alba y Sofía. Bueno, en realidad, la tercera se llama Filomena, a mi pesar, Filomena Sofía.
Fué una concesión que le hice a Él.Le hacía ilusión que llevara el nombre de su madre y accedí con la condición de ponerle un segundo nombre, Sofía, que como todo el mundo sabe, quiere decir sabiduría.
Yo la llamo, cariñosamente  Filo-Sofía. De pequeña se enfadaba, pero ya le hace gracia.
He pensado durante mucho tiempo por qué las he tenido, y creo que ya lo sé.
La primera por imitación. ¿Alguien ha pensado por qué tenemos hijos las mujeres?
Seguramente porque siempre ha sido así. Nuestras abuelas los han tenido; nuestras madres también y todo el mundo espera que nosotras lo sigamos haciendo, y nos dejamos llevar.
Admiro a esas mujeres que van contracorriente, que han tenido el valor de negarse a tener hijos por algún motivo, so pena de ser criticadas, cuando no compadecidas.
También a las que saben lo que hacen y asumen su responsabilidad sola o compartida.
Pero la verdad es que yo a mi Lucecita la tuve porque era lo que se esperaba de mí, no podía defraudar al mundo mundial, y estoy segura de que, de no haberla tenido en aquella época, me sentiría como una Yerma cualquiera.
La segunda, ya la tuve por capricho, y la tercera por placer, como dice la canción.
A mi Filo- Sofía la busqué conscientemente, con la intención, ya en la mudarez, de saborear mi maternidad.
Tengo la teoría de que los hijos son como los cuadros que pinta una pintora, o como la obra de una escultora. No salen perfectos, perfectas, pero son tu obra, les has puesto mucho cariño y trabajo, y eres quien más los aprecias, si sabes aceptarlos como son.
Mis niñas, está feo que yo lo diga, son ya tres mujeres con un par de ovarios cada una.
Ya hace tiempo que no viven conmigo, que abandonaron el nido, pero mi nido no está vacío, nunca lo estuvo.
EL NIDO VACÍO
Sin embargo, cuando se marchó la última de casa definitivamente, algo cambió en mi matrimonio. Se convirtió en un matrimonio hemipléjico: La mitad activa (yo) y la mitad paralizada, ÉL.
En verdad siempre había sido así, pero nunca fui consciente de ello hasta que nos quedamos solos.
Comíamos juntos, dormíamos juntos, a veces follábamos juntos, y callábamos juntos.
Me compré un ordenador. Descubrí Internet, la fotografía digital, el pirateo, el chateo...Nunca creí que me resultaran tan fáciles las nuevas tecnologías.
ÉL supervisaba mis avances con aires de suficiencia, me corregía los fallos con una sonrisilla de superioridad, como si ÉL nunca los tuviera. Me ponía de los nervios, pero nunca decía nada, en aras de la paz familiar.
La misma sensación tuve cuando, años atrás, saqué el carnet de conducir. Parecía tener siempre al profesor-dios al lado, permanentemente.
Me matriculé en la universidad y se me abrió un mundo de posibilidades. Conocí gente, aprendí, estudié, iba al cine,al teatro, de copas...Al principio le animaba a que me acompañara, pero con el tiempo, tras muchas negativas, aprendí a hacerlo por mi cuenta.La hemiplejia se consolidaba y yo crecía.
De vez en cuando seguía desempeñando el papel de la mujer de...en celebraciones familiares, comidas de compañeros de trebejo, en las terribles barbacoas del domingo:matrimonios perfectos, hijos perfectos,chistes de rigor y temas recurrentes aderezados con mala leche contenida:
La compra de un coche nuevo, de una nueva vivienda, los precios en alza, los hijos e hijas bien colocados, las separaciones y divorcios, los achaques cada vez más frecuentes, el último pelotazo...palabrería sin compromiso.
De vez en cuando me entraba la depre.
Yo sabía que no era el síndrome del nido vacío, que era algo más profundo a lo que no quería hacerle frente, que mi vida sentimental no iba bien, pero miraba hacia otro lado.
A veces intentaba aclararlo con ÉL, pero ÉL no le daba importancia:
-Será la menopausia.
-Estarás estresada con tanto trabajo, estudios, salidas...
- Todas las parejas pasan por malos momentos.
- no pretenderás que una relación de treinta años funcione como el romance de los primeros tiempos.
Pensaba que ya todo estaba dicho entre nosotros. Si nos habíamos casado, nos queríamos.Qué necesidad había de darle vueltas al asunto.
La incomunicación era difícil, y los malentendidos fueron acumulándose entre los dos como un muro insalvable.
Terminé por no decir nada sobre el tema, pero no dejaba de pensar y pensar. Me parecía una cobardía continuar una relación por rutina, y una deslealtad hacia la persona que quería tanto. Así que decidí separarme.
LA SEPARACIÓN
Y sí, me separé, pero no como yo hubiera querido.
Justamente cuando me decidía a planteárselo, ÉL enfermó.
Al principio, pensando que era una enfermedad pasajera, decidí esperar a que se recuperara para hablarle. Pero cuando comprendí que su enfermedad era irreversible, decidí acompañarle hasta su partida.
No me arrepiento. El proceso fue suficientemente largo para permitirme reconciliarme con ÉL, para demostrarle y demostrarme mi cariño, que no estaba reñido con  nuestra incompatibilidad de caracteres, de proyecto de vida; y lo suficientemente corto para no ser demasiado penoso.
En cierta ocasión leí un relato de una mujer maltratada, cuyo único escape era fantasear diseñando el modelito que luciría en los funerales de su marido con toda suerte de detalles.
Me pareció terrible porque sé que, para algunas mujeres la muerte de su compañero es la única salida viable a su situación.
No era mi caso. Aunque estuviera maltratada psicológicamente, yo sí tenía una salida.
Y ÉL se fue tranquilamente, sin resistencia, orgulloso del tratamiento que le dio su familia.
Y yo me quedé...¿Cual es la palabra? Desconcertada.
En mi mente se entremezclaban sentimientos contradictorios. Sabía que yo no era una viuda al uso a la que, de repente, se le cae el mundo encima porque no puede llenar el hueco que en ella deja la persona querida como, aparentemente, le le sucedió a mi madre.
Pero tampoco me alegraba de su partida. Al fin y al cabo había sido el padre de mis hijas, un buen padre y, ya lo dije, un amante perfecto.
No sabía qué se esperaba de mí ¿que me arrojara a la pira funeraria? ¿Que me retirara del mundanal ruido? ¿Convertirme en la clásica viuda alegre?
Decidí dejarme llevar por mis sentimientos y hacer lo que me pidiera el cuerpo.
A fin de cuentas la madurez es eso: tomar las riendas de nuestra propia vida.No dejar que la vida, las convenciones sociales nos gobiernen.
Recordé a mi madre más que nunca.
 
MI MADRE

"El feminismo ha sido y es esa suma de acciones contra corriente,
rebeldías y afirmaciones que tantas mujeres han hecho y hacen
sin tener para nada la conciencia de una voluntad comun"
Amelia Valcárcel

Mi madre, sin saberlo, era una feminista.
No estudió. Se dedicó en cuerpo y alma a su familia; fue cuidadora,administradora y conciliadora del clan familiar. Era fiel reproductora de los roles femeninos acuñados en siglos de historia.
Sin embargo,algo en su interior le empujaba a amar la independencia, la libertad, e intuía que, solamente con formación adecuada y autosuficiencia, sus hijas podrían ser libres de la esclavitud a que ella estaba sometida más o menos conscientemente.
Por eso se empeñó en que estudiáramos en igualdad de condiciones que nuestros hermanos varones, aunque para ello tuviera que enfrentarse a la incomprensión de mi padre, que pensaba que para una mujer era más que suficiente conocer las cuatro reglas y adiestrarse en la labores del hogar para ser feliz y hacer feliz a su familia.
Cuando falleció mi padre era todavía una mujer joven, pero adoptó el papel de de viuda desconsolada, asidua de la iglesia y del cementerio.
Si embargo, yo percibí en ella un cambio notable. Rompió con horarios y compromisos, se la veía tranquila y radiante, nada que ver con la mujer tensa que siempre habíamos conocido.Aunque ella no lo reconocería, se la veía feliz.
Mi madre.
Se murió con las ganas de ver a sus nietas bien casadas, o por lo menos , eso decía, aunque yo me reservo mis dudas; no sé si realmente lo deseaba.
Mi madre.
Cruelmente se prolonga su ausencia.
LA SOLEDAD

"Hay algo peor que estar sola;estar acompañada y sentirse sola".Carmen Alborch
 
A pesar de mi "discapacidad" no me siento sola, la verdad. Sé que cada vez necesitaré más ayuda, y no se me caerán los anillos por solicitarla.Es lo menos que me merezco. Yo también he ayudado a quien lo ha necesitado cuando he podido.
Mis hijas, hasta ahora, respetan mi independencia y no insisten en llevarme a vivir con ellas o venirse a vivir conmigo. Se lo agradezco. No soporto a las personas jóvenes que tratan a las mayores como si fueran criaturas a las que hay que resolver todos sus problemas porque consideran que no están capacitadas para hacerlo.
Sí, la soledad me gusta.
Me gusta echarme en cama en aspa, como dice Maruja Torres, y cambiar de un lado al otro en busca de fresquito en verano o enroscarme en mi manta eléctrica, maravillosa, en invierno; abrir la ventana si hace calor o cerrarla si tengo frio sin contar con el beneplácito de nadie.
Me gusta ser dueña de mi tiempo. Leer hasta que me duermo, levantarme sin prisas, comer sin consultar el reloj,
Me encanta asomarme al balcón e inventarme historias sobre la gente que pasa.
Disfrutar, en fin, de las pequeñas cosas que hacen que tengamos momentos felices.
¿Qué más puedo pedirle a la vida? Creo que he sido, que soy, una mujer afortunada, por haber nacido en esta época y en este lugar.
A menudo pienso en la vida de las mujeres del mundo eufemísticamente llamado "en vías de desarrollo", las más pobres de los pobres, víctimas de violencia y enfermedades,  víctimas de violencia y enfermedades,cuando no de mutilaciones, crímenes de amor o prostituidas.
Sí, creo que soy afortunada. Sólo me queda esperar una muerte dulce, como cuando te sumerges en un profundo sueño.
Pero mientras tanto, todavía espero que la vida me de alguna sorpresa agradable, algo inimaginable. No sería extraño. Hace unos meses sucedió algo que ha transformado mi vida: ME ENAMORÉ.
 
EL AMOR
"Yo te buscaba y llegaste
y has refrescado mi alma
que ardía de ausencia"
Safo
 
Y ahora estoy segura de que es amor, que no sexo. ¡A mi edad!
Hace unos meses enfermé de neumonía. Debido a mis dificultades para moverme, tuve que solicitar un ATS que me inyectara todos los días en casa. Y llegó ÉL. El tercero.Yo le llamo el hombre de mi otra vida.
En principio no me pareció nada especial, nada fuera de lo común.Eso sí, le vi maneras: educado, amable, simpático...nada especial. Llegaba, saludaba, hacía su trabajo, algún comentario...Un día aceptó tomar un té conmigo y charlamos un rato.
Desde aquel día, ya fue una norma.Me di cuenta de que esperaba con ilusión su llegada; que cada vez demoraba más su partida, que intimábamos, que su llegada era una fiesta.
Curiosamente, a pesar de la diferencia de edad, coincidiamos en gustos sobre cine, libros, viajes o música. Nos recomendábamos programas de televisión, páginas web, recetas de cocina.
Se terminaban las inyecciones y yo saboreaba lo que creía que iban a ser nuestros últimos encuentros.
Afortunadamente, no ha sido así. ÉL, el tercero, sigue viniendo a verme, siempre sin compromiso.Se limita a avisarme con antelación. Y mientras tanto, nos mandamos mensajes de móvil, coincidimos en el messenger o nos llamamos por cuestiones sin importancia.
ÉL me quiere, estoy segura, eso se nota.
Al principio creí que se limitaba a cumplir con su trabajo y ser amable. Pero ahora lo veo llegar, tan contento de verme, reirse con mis cosas y traerme pequeños detalles: un libro, una canción pirateada, una película, un trozo de pastel, cualquier cosa, y siento que, como a mí, se le pasa el tiempo que estamos juntos, volando.
¿Es amor? ¿Es amor platónico? ¿A quien le importa?
Es un regalo de la vida. Me conformo con poderle mirarle, escucharle, reir juntos, disfrutar de su compañía de vez en cuando.
Y cuando no está, en mi soledad, miro sus fotos, nuestras fotos, como una quinceañera cualquiera.
Me miro al espejo y no me reconozco.No puedo ser yo esa mujer tan mayor.
Y, sin embargo, presiento que se acerca el final de mi vida. Pero no me asusta, por lo menos, hasta ahora.
LA MUERTE
"Me está gustando esto de envejecer,
quita las preocupaciones de la vida"

Paul Auster

Sé que la vida es una sucesión de despedidas.
Sé que, en realidad, solamente somos un milagro químico que funciona y que puede fallar en cualquier momento; que, a mi edad, la muerte es un hecho más que probable.
Pero no importa. De todas formas, aunque viviera tres vidas no me daría tiempo a leer todo lo que me gustaría leer, ni viajar a tantos lugares como desearía, ni conocer a tanta gente que me interesaría conocer. Nunca mi curiosidad quedará satisfecha.
Solamente temía al deterioro físico. No me refiero al deterioro actual, que voy asumiendo.
Mis hijas se ríen porque les digo que sufro triple incontinencia.
Primero fue la incontinencia urinaria que, aunque en el pasado fue algo traumatizante para muchas mujeres, actualmente, gracias a los adelantos de la ciencia farmacéutica, se lleva con dignidad.
Después entré en la fase de la incontinencia afectiva. Esa especie de blandenguería, ese tener siempre las lágrimas a punto, por la más mínima emoción.
Yo, que siempre me he vanagloriado de ser una mujer dura, incapaz de usar el llanto como arma de destrucción al prójimo, que he sabido controlarme, ahora me emociono por cualquier tontería. Y me encanta, porque me he dado cuenta que despierto ternura. Son los encantos de la vejez.
La tercera incontinencia es la peor. No para mí, sino para los demás.
Es la incontinencia verbal, y también tiene su punto, aunque, a veces, fastidie a alguien, y lo reconozco.
Pero es una gozada, a esta altura de la película, decir y opinar lo que te dé la gana, no buscar la aprobación de nadie.
A esta altura de la película, ya no busco que me quieran, me dedico a querer con todo mi corazón a quienes son merecedoras de mi cariño.
Decía que le temo al deterioro físico, pero ya no le temo. Lo he hablado con mi amor, el tercero,. Aunque se resistía a hablar de ello. me ha prometido que mi final será digno, que no permitirá que sufra y,si es necesario me pondrá una inyección "fetal" en el momento oportuno.
Ya sé que se dice "letal", pero yo digo fetal porque me imagino que la muerte es como volver al vientre de mi madre.
Mientras tanto, todavía, la vida seguirá corriendo hacia adelante...Mañana seguiré escribiendo.
Écija, 8 de marzo de 2007.
 
 
 
 
 

martes, 22 de abril de 2014

VERGÜENZA TORERA



Me encantan los toreros…y las toreras, claro, aunque ¡Hay tan pocas!

Pero los toreros…¡Qué estampa! Qué machos! Que figura! Y cómo marcan paquete!

Me encantan cuando, con ese aire de chulos saludan al público con la montera en la mano, y luego, si le dan un beso y se la dedican a una mujer con peineta y clavel en el pelo, y si puede ser tonadillera, mejor, es que te mueres. Es que se me abren las carnes de la emoción.

Me encantan los toros. Esos animales majestuosos, símbolo de la nobleza, de la fuerza, del coraje, de la virilidad.

Esos sementales que viven a cuerpo de rey, campando por las dehesas, bien limpios, bien alimentados y mejor cuidados, que mueren como héroes, después de haber luchado, soportado la tortura de las banderillas, los engaños del capote, la saña del picador ante un público enfebrecido que pide sangre.

¡Qué emoción, cuando finalmente la doblan, caen abatidos y son arrastrados por las mulillas, con sonidos de cascabeles, para ser descuartizados en los aledaños de la misma plaza.

Me encanta ese público amante de la estética de la muerte, refinado, que sufre en cada capotazo y disfruta al mismo tiempo de tanto arte.

Esas mujeres que se tapan los ojos cuando ven en peligro a sus iconos sexuales o cuando su sensibilidad no les permite ver tanta sangre.

Y esa cantera de niños y niñas que se curten en la violencia del espectáculo o en las escuelas de tauromaquia…

No me extraña que sea la fiesta nacional: tiene todos los ingredientes de nuestra España cañí y cani:

Clase: sol y sombra, como la vida misma.
Exaltación del macho ibérico: ¡Olé!
Dominio de la razón humana sobre la naturaleza.
Nacionalismo español a ultranza: Ya lo dice el pasadoble: ¡Qué viva España!

¿Qué se habrán creido esa panda de “lanúos y lanúas” que pretenden acabar con nuestra seña de identidad ante el mundo mundial?

¿Qué clase de ecologismo pretende acabar con una especie que es nuestro orgullo, solo comparable a nuestro lince ibérico o nuestro urogallo?

¿Acaso pretenden acabar con la fuente de inspiración de nuestra copla, de nuestro cine de barrio, nuestras revistas del corazón?

Señor Rajoy: Sugiero que el próximo año, en la declaración de la renta, haya una casilla para contribuir, quien lo desee, a subvencionar la fiesta nacional, como la hay para la Iglesia; que en las escuelas se incluya una asignatura de Educación para la torería; que en nuestra bandera, de sangre y albero, en lugar de la olvidada águila imperial, se instaure una cabeza de toro, con sus cuernos al sol.

viernes, 21 de marzo de 2014

DIGNIDAD

   


                                
                                          Dignidad

Cuando se cumple un año del terrible asesinato de nuestra vecina Petra,  permitidme que mis primeras palabras sean de solidaridad con su familia y con esas miles y miles de mujeres que el pasado día 8 de marzo, por las calles de nuestro país, volvimos a reivindicar derechos para más de la mitad de la población, que creíamos conseguidos.
Tuvimos que  volver a decir algo tan obvio como que nuestro cuerpo es nuestros y sobre él no mandamos más que nosotras.
QUE NO VAMOS A DAR NI UN PASO ATRÁS.
Tenemos que decir que nos dejen en paz, que somos mayores de edad.¡Basta ya!

No hay dignidad sin respeto hacia las mujeres.

Dignidad es la palabra que encabeza y da sentido a las marchas que confluirán en Madrid el próximo día 22 de marzo.

Dignidad es aquello que define “lo valioso del ser humano”.

Dignidad es un ingrediente básico para tener democracia y justo lo que se encuentra en oposición al gobierno de los peores y los ladrones.

Dignidad es priorizar el bienestar de la mayoría de las personas por encima de los beneficios de una minoría de privilegiados. (Podemos)

Como dice Maruja Torres, la tercera guerra mundial ha comenzado:

Las armas de destrucción masiva son económicas; los nazis llevan trajes de marca y los campos de concentración se llaman desahucios,desempleo, deuda.

Innumerables son los motivos que amenazan nuestros derechos:
Una reforma laboral e ineficaz, que afecta especialmente a las mujeres.
Una deuda ilegítima que nos obligan a pagar recortando nuestros derechos sociales.
La Ley de represión ciudadana
La Ley de tasas judiciales, que nos condenan a la indefension.
La abolición del derecho a la justicia universal
La reforma de la Ley de Administración Local,
La Educación discriminatoria ...

Pero es que además hay una guerra mediatica que cultiva la antipolítica, que pretende que nos instalemos en la queja, en el victimismo, en la insolidaridad,en la impotencia en el "no sirve para nada", en el "todos son iguales".
Contra eso tenemos que luchar.

Podemos cambiar el mundo, tenemos el poder en la calle y en las urnas.
Que nada nos desespere.

Tenemos que denunciar la hipocresía de quienes diciéndose defensores de la vida, son señores de la muerte:

La muerte de los deshauciados, de los inmigrantes, de los enfermos y enfermas en largas listas de espera, de los ancianos y ancianas, de quienes no pueden resistir un invierno sin electricidad.

Tenemos que denunciar a los politicos y politicas corruptas, a quienes privatizan nuestro patrimonio artístico y ambiental, a los maltratadores, a los que salvan con nuestro dinero empresas ruinosas y bancos, a quienes  practican la caridad mientras cometen injusticias.

Pero tenemos también que valorizar y apoyar a aquellas personas del mundo de la política u organizaciones que luchan por los derechos humanos, por la justicia, por la igualdad.

En las próximas elecciones europeas, tenemos que luchar  por la Europa de la paz, de la solidaridad, de la democracia, porque si no lo hacemos, la alternativa es la sumisión y el fascismo.

Tenemos que indignarnos pero también pasar a la acción.

Tenemos que mantener nuestra dignidad.
Que podamos mirar a la cara a nuestros hijos e hijas y decirles que, si el mundo que les dejamos no es mejor, no será porque no lo hayamos intentado.

ÁNIMO! JUNTOS Y JUNTAS PODEMOS!
NOS VEMOS EN MADRID EL 22-M

lunes, 13 de enero de 2014

NOSOTRAS PARIMOS, NOSOTRAS DECIDIMOS.

              Después recortes en Sanidad, en Educación, en atención a la dependencia, en investigación y desarrollo,en energias renovables... Después de corrupción tras corrupción financiera y urbanística, de pagar con nuestro dinero a los bancos, de vender nuestro patrimonio artístico, ambiental y urbanistico...

         Después de echar a la calle a personas que no pueden pagar su vivienda, al paro a millones de españoles y españolas, al extranjero a nuestra juventud, científicos y científicas...
     
        Después de amnistiar a los poderosos, quitarles impuestos a las grandes empresas, a los dirigentes de la Iglesia católica.. Después de quitarle el derecho a la Sanidad a las personas de otro país, de amenazarles y disuadirles o no, con cuchillas en las vallas de recibimiento, de negarles las ayudas solidarias en su país de origen...
        Después de todo eso, no quieren que protestemos siquiera e imponen una Ley , mal llamada de seguridad ciudadana que claramente nos retroatrae a las etapa oscura del franquismo.
   
      Y no contentos con eso, ahora atacan a la mitad de la población, a las mujeres, en lo único que muchas tienen: su cuerpo. Pretenden imponer una Ley llamada de Protección de la vida del concebido y de los Derechos de la Mujer embarazada. Pretenden hacernos creer que, como en tiempos del nacionalcatolicismo, que las mujeres somos eternamente menores de edad, que nuestro cuerpo es una máquina de concebir criaturas queramos o no, y, encima, quieren hacernos ver que lo hacen para proteger nuestros Derechos, eso ya es el colmo.
     Miren: no voy a entrar en discusiones científicas, reconozco no estar preparada, ni teológicas,que no me interesan, pero que respeto profundamente. Pero el más común de los sentidos nos dice que un huevo no es una gallina; que una nuez no es un nogal; que una semilla no es un árbol, lo mismo que un espermatozoide, ni un cigoto, aún teniendo vida, no es una vida humana. Vida tienen las células de nuestras uñas, y las cortamos.Vida tienen las células cancerosas y gracias a la investigación, en muchos casos, conseguimos eliminarlas.
      Dicen que esta Ley es una concesión a la Iglesia y a las organizaciones pro-vida. ¿qué Iglesia? La de Monseñor Rouco Varela? La del Opus Dei? porque la Iglesia como comunidad seguidora de la doctrina de Jesucristo,la iglesia de los pobres, sí es pro- vida.Pro- vida de las mujeres que son violadas y obligadas a casarse con sus violadores, pro-vida de las personas que no tienen medios de vida con las que se solidarizan, pro- vida de los niños y niñas víctimas de las guerras o las catástrofes medioambientales, pro-vida de las mujeres prostituidas y víctimas de violencia machista.
 Si es por complacer a "la Iglesia", ¿Por qué no prohiben el condón, la usura, el matrimonio civil, la homosexualidad, el adulterio? ¿por qué no convierten los considerados pecados de la Iglesia, en delitos lo mismo que quieren hacer con la interrupción del embarazo? Miedo me da decirlo, pero no creo que se atrevan.
           No es esa la razón.
 Dicen que lo que pretenden hacer con esta Ley es proteger el derecho a la maternidad de las mujeres. ¿Qué entienden por maternidad? ¿Traer hijos al mundo? ¿Para darlos en adopción, en acogida o venderlos? ¿Para condenarlos a pasar necesidades, o a una vida de sufrimiento en el caso de que sufran una grave enfermedad o discapacidad, sin tener, además la garantía de que van a disponer de los cuidados sanitarios y sociales necesarios?
   Si eso es lo que entienden por maternidad, ese derecho está más que garantizado. Todavía no se ha dado el caso de que se le prohíba a una mujer ser madre aunque no esté preparada, aunque lo tenga que hacer en soledad, aunque quiera dedicar su vida a cuidar a una persona enferma, aunque esté condenada a no poder llevar una vida profesional, autónoma e independiente.
     
       La maternidad no es un destino irrenunciable de las mujeres. La mujeres no somos incubadoras.

     La maternidad es un proyecto voluntario de vida pensado y preparado para que esa vida y la nuestra, sea lo más satisfactoria posible y con garantía de una calidad aceptable. Por eso, aún deseándolo, muchas mujeres no pueden ser madres, porque la sociedad, sus circunstancias, la situación de indefensión social no se lo permite.

    De verdad que no entiendo la finalidad este proyecto de Ley.
    El 80% de la población española está de acuerdo con la Ley actual; muchas teólogas y la organización cristiana "Por el Derecho a decidir", también. Incluso miembros de partidos conservadores se niegan a admitirla.
   La mayor parte de los psiquiatras se niegan a ejercer de futurologos prediciendo las consecuencias psicológicas que puede tener para las madres la interrupción del embarazo, y dicen muy atinadamente: ¿Es que tener una criatura no deseada no tiene consecuencias psicológicas para su madre? Se niegan a convertirse en tutores o jueces morales de las mujeres, ¿Saben los sabios legisladores que en el mundo se producen 20 millones de abortos inseguros que tienen como consecuencia la muerte de la madre en 70.000 casos de ellos?
        Hago mías las palabras de Mar Grandal, presidenta de la Asociaciación Católicas por el derecho a decidir: "Esto es signo de que el patriarcado está herido y, ante eso, lo que hace es atacar de nuevo.Estamos de nuevo respirando Nacionalcatolicismo"
       Y las del escritor Juan José Millás: "El dios colérico del franquismo se ha colado en el Consejo de ministros y en el Parlamento, en la educación y la sanidad,y ha metido la patita para meterse en la vida privada de cada uno de nosotros (y nosotras).Ya está aquí, asomando la patita , tomando decisiones sobre nuestros cuerpos, sobre el cuerpo de las pobres, para decirlo todo. Las ricas podrán continuar viajando a Londres con indulgencia plenaria".
      A veces pienso que es una cortina de humo, creada para que nos olvidemos de la situación penosa en que se encuentra España.
      No hay que darle más vueltas: Nuestro cuerpo es nuestro. Nosotras parimos, nosotras decidimos.  

                      

lunes, 9 de diciembre de 2013

CAPACIDADES ESPECIALES




   El  pasado día 3 de diciembre se conmemoró el día Internacional de las personas con Discapacidad.
Casualmente, cayó en mis manos un libro que tiene mucho que ver con el tema y que encarecidamente os recomiendo. Se titula "La mujer que buceó en el corazón del mundo" de una escritora mejicana llamada Sabina Berman.
Es la historia de una mujer autista, "con capacidades especiales"como a ella le gusta definirse.
Efectivamente, todas las personas tenemos alguna discapacidad, permanente u ocasional y también alguna capacidad especial que, la mayoría de las veces no alcanzamos a descubrir porque, como ella dice, primero existimos y luego pensamos; y muchas veces nos quedamos en el puro existir, cuando no en el puro tener.
Su autismo le permite ausentarse del mundo y reflexionar sobre la vida animal, las relaciones humanas, la naturaleza,la muerte,las convenciones sociales, .
"nacemos en un mundo viejo.Lleno de cosas hechas por nuestros padres.Y los padres de nuestros padres.Nacemos en una bodega de vejestorios.De palabras viejas.De oraciones hechas.De costumbres hechas. De formas de vivir ya vividas"

Pero lo mejor del libro es que es un canto a la vida, a la naturaleza, a la libertad, a la diferencia.
Lo dicho: absolutamente recomendable.
Hago mías las palabras que, en su día, escribió  Ana Mª Matute: su protagonista, Karen, "me ha robado el corazón.Rebelde, incomprendida, genial; no puedo dejar de pensar en ella.Un relato inolvidable sobre la libertad y la diferencia".



viernes, 29 de marzo de 2013

CARTA A UNA ECIJANA. IN MEMORIAM









Querida amiga:
Repuesta, poco a poco del tremendo impacto que me produjo tu muerte a manos de tu marido;
Intentado reconducir mi indignación, impotencia, odio, asco, hacia algo más positivo, que no me haga daño en el cuerpo ni en el alma, que no me haga desistir de la lucha que tantas mujeres han y hemos tenido a lo largo de la historia para conseguir algo tan sencillo y tan justo como que todas y cada una de nosotras podamos morir en la cama después de una vida tranquila, sin miedo, con mas o menos problemas pero rodeadas de las personas que nos quieren y nos respetan, me atrevo a escribirte esta carta a ti y a todas las maltratadas que son y han sido; para que no haya otras  en el futuro, para que tu muerte no haya sido en vano.
Me pregunto qué le dirías tú ahora a esas mujeres que van a morir o que ya son unas muertas en vida.
Esas mujeres que un día como tú, se enamoraron y decidieron unir su vida a un hombre, con toda la ilusión del mundo, que decidieron tener y criar sus hijos e hijas contra viento y marea, y ven, día a día como su vida se va convirtiendo en un infierno del que no ven escapatoria, que están en un continuo “a ver si…”
¿Qué les dirías? A esas que creen que las cosas pueden cambiar de milagro, que aguantan situaciones de menosprecio, de acoso, de injusticia, de desamor, de violencia…
¿Por qué? ¿Por sus hijos e hijas? ¿Por amor? ¿Por el qué dirán? ¿Por qué consideran un fracaso romper su pareja? ¿Por no disgustar a su familia?
No hay mayor dolor para nuestros hijos e hijas que ver sufrir a su madre día tras día o perderla definitivamente.
No se puede querer a quien no te respeta, te maltrata o menosprecia. El amor es otra cosa. Quien ha tenido la suerte de conocerlo, sabe que el amor es reciprocidad, es ser cómplices, es alegría de vivir, de proyectos comunes, de apoyo mutuo en la adversidad, y cariño en los gestos y  palabras.
¿Qué dirán? Las personas de bien, las que nos quieran, y nuestra familia, dirán que somos dueñas de nuestra vida, de la única que tenemos y tenemos derecho a ser todo lo felices que podamos de una u otra manera y estarán dispuestas a darnos siempre su apoyo.
Las otras, las que no nos quieran ¿A quién le importa su opinión?
¿Un fracaso romper una pareja? Fracaso es simular que hay amor dónde no lo hay; fracaso es resignarse a , fracaso es renunciar a una vida plena de cariño y tranquilidad.
Ya sé que es todo muy difícil. Que a pesar de leyes y ayudas institucionales, esta sociedad te envuelve a poco que te dejes, en una red de complicaciones, de culpabilidad, de papeles asumidos desde la infancia, de sobrecargas emocionales, de dependencias que impiden que las mujeres seamos dueñas de nuestro destino, que tengamos el control de nuestra propia vida.
Siento no haberte conocido, aunque ello sólo hubiera añadido más dolor e impotencia a la que ahora siento, pero seguro que me enriquecerías y tendría muchas cosas que aprender de ti.
Ojalá que tu muerte sirva para que otras mujeres salgan de la espiral de violencia en la que viven, busquen la ayuda adecuada, se replanteen su vida y le planten cara y coraje.
Estoy segura que tú también lo hubieras hecho si te hubieran dado la oportunidad que no has tenido.
Lo siento. ¡No sabes cuánto!